Guaduas,26 de Enero de 1796. Virtuosa y dugna heroína de la Independencia. "Jovén, bonita, pobre, viva e inteligente". Marchó desde la capilla del Colegio del Rosario hasta el Suplicio cuyo cadalso estaba levantado en la plaza mayor. Vestía camisón y mantilla azul y en forma arrogante dijo:
"pueblo indolente: cuan diversa sería nuestra suerte si conocieses el precio de la libertad. Ved que aunque mujer y jovén me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más. No olvidéis este ejemplo. Pueblo miserable, yo os campadesco, algún día tendréis más dignidad" . Un oficial al pie del banquillo le ofreció un vaso de vino. “No lo tomo”, dijo, “Menos de un tirano”.
Fusilada el 14 de noviembre de 1817, a las 10 de la mañana, en compañía de su novio el capitán Alejo Sabarain. Seis balas atravesaron su hermoso cuerpo y nueve vidas más fueron segadas ese mismo día en su compañía. Fue sepultada a petición de sus dos hermanos sacerdotes, José Ignacio y José María bajo en el altar mayor de la Iglesia de San Agustín.
CACICA GAITANA
El español Pedro de Añasco hizo inmolar quemando vivo al hijo de la Gaitana delante de la madre. La Gaitana destrozada por el dolor y la ferocidad de Añasco, reunió más de seis mil indígenas e hizo prisionero a Añazco tratándolo con gran crueldad e insensibilidad.
ZULIA: Bella, valerosa cacica de sangre real y altiva. Luchó contra los españoles con valor y heroísmo. Francisco de Paula Santander, su biznieto fue uno de los grandes forjadores de la Patria.
FRESIA: Princesa india, con sus huestes indígenas enfrentó con ferocidad desbordante los aguerridos soldados españoles.
Indígenas anónimas que se sacrificaron al arrojarse sobre agudas estancas para eludir la servidumbre de los conquistadores y otras, que se lanzaron desde altas rocas de Muzo, para morir antes de ser esclavas del déspota. Nos dejaron la enseñanza del heroísmo.
TERESA OLAYA: defendió la causa de los Comuneros, organizó un ejército y marcho frente al él en Neiva.
MATILDE GUEVARA: Niña de trece años, horrorosamente azotada por decir que era patriota, por haber nacido en América fue desterrada.
RAMONA ALVARÁN: natural de Cúcuta, fusilada el 13 de febrero de 1813.
ROSAURA VELEZ DE PEÑA: de Tumaco, fusilada en enero de 1814.
MANUELA BELTRÁN
“Misionera del movimiento de los comuneros de 1871” “Heraldo femenino de la Libertad”. Nacida en el Socorro. En la plenitud de una sana y cuajada lozanía, fue la primera mujer en la tierra colombiana que se atrevió a romper el símbolo de la dominación española en América. Alta y esbelta, su larga trenza negra le caía desde los hombros sobre el pecho. La boca de labios gruesos y sensuales, lucía un rancio gesto de altivez. Blanca la tez de suave tinte aperlado con el contacto del sol y el viento del templado clima socorrano.
MANUELITA SAENZ
fue una destacada patriota ecuatoriana, además de ser compañera sentimental de Simón Bolívar y reconocida como heroína de la independencia. Es conocida también como Manuelita Sáenz y como «Libertadora del Libertador» (en referencia a Simón Bolívar).
Es considerada, con sus debidos matices, como una de las primeras feministas de América Latina y una importante líder revolucionaria de la Independencia de América del Sur. En su tiempo fue también severamente criticada por algunos de sus contemporáneos debido a su actitud extrovertida, provocadora y adelantada para la época, así como por la influencia política que llegó a ejercer, llegando a ser incluso desterrada. Aún muchas décadas después de su muerte, influyentes intelectuales e historiadores omitieron su vida en sus obras sobre la historia de la campaña libertadora, así como otros la reducían a una condición decorativa romántica y aun denigrante, tejiendo una leyenda sexual alrededor de su figura, la que sigue teniendo peso en el imaginario popular.
Solo en la mitad del siglo XX, aparecieron biografías y ensayos en los que se empezó a reivindicar su verdadero papel en la gran gesta libertadora de lo que hoy son Ecuador, Colombia y Perú.[1] En los últimos años ha sido convertida en un icono del feminismo latinoamericano e igual como sigue teniendo detractores su vida también es exaltada por escritores e historiadores respetables como Alfonso Rumazo González, Germán Arciniegas o Alberto Miramóm y Pablo Neruda[2] [3] y en todo caso, casi dos siglos después, es un personaje que continua despertando odios y amores, ocasionando debates y controversias.